Documento elaborado por varias organizaciones vinculadas al tema de las comunidades campesinas, entre ellas la Red Peruana por una Globalización con Equidad (RedGE) y el Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES), en el que se destaca que la presencia de las comunidades en el Perú es innegable. En la actualidad, más del 27% del territorio nacional corresponde a las comunidades que se ubican en la costa, sierra y selva del páis. Históricamente ellas han aportado al desarrollo del Perú de múltiples maneras, jugando un papel económico importante como abastecedores de alimentos para el mercado interno.
jueves, 13 de junio de 2013
Ministerio de Agricultura y titulación comunal
Artículo escrito por Laureano del Castillo, Director Ejecutivo del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES) y publicado en el diario La Primera. A inicios de abril el Poder Ejecutivo envió al Congreso de
la República un proyecto de ley para modificar la Laey de Organización y
Funciones del Ministerio de Agricultura.
Nos interesa destacar la modificación del artículo 6 de la
vigente Ley de Organización y Funciones del mencionado ministerio, relacionada
con sus competencias exclusivas. Así, le corresponderá “Dictar las normas y los
lineamientos técnicos para el proceso de saneamiento físico legal y la
formalización de la propiedad agraria, comprendiendo las tierras de las
comunidades campesinas y comunidades nativas, que son de obligatorio
cumplimiento en todos los niveles de gobierno, en concordancia con la normativa
constitucional y legal del Estado”. Ello significará consolidar lo dispuesto en
el Decreto Supremo Nº 01-2013-AG (del 25 de enero pasado) en que se estableció
la rectoría de la política nacional agraria en materia de saneamiento físico
legal y formalización de la propiedad agraria.
Recordemos que en 2007 el Proyecto Especial de Titulación de
Tierras y Catastro Rural fue absorbido por el Organismo de Formalización de la
Propiedad Informal (COFOPRI) a pesar de que este último fue creado para el
ámbito urbano. Tiempo después, las funciones en materia de saneamiento de la
propiedad agraria pasaron (en realidad fueron devueltas) a los Gobiernos
Regionales, pero se generó la duda de cuál sería el ministerio que regularía
estas funciones, pues COFOPRI hace parte del Ministerio de Vivienda,
Construcción y Saneamiento. El Decreto Supremo mencionado resolvió ese dilema,
asignándolas al Ministerio de Agricultura.
Más allá de las cuestiones formales, queremos destacar el
interés del Ministerio de Agricultura por enfrentar la falta de saneamiento de
la propiedad comunal. La última información proporcionada por COFOPRI, de
diciembre de 2010, daba cuenta que de las 6,069 comunidades campesinas
reconocidas, faltaban titular 959; y de las 1,469 comunidades nativas
reconocidas, 198 faltaban titular. Más alarmante es saber, según COFOPRI, que
61.5% de las comunidades campesinas tituladas (3,140 comunidades) y 93.3% de
las comunidades nativas tituladas (1,186) no estaban georreferenciadas. Así,
del total de comunidades reconocidas (7,538), el 72.7% (5,483) no tendría cómo
acreditar indubitablemente su derecho de propiedad. Sin título y sin planos
georreferenciados la propiedad de las tierras comunales deviene en un derecho
inseguro.Por ello, saludamos el interés del Ejecutivo por facilitar
herramientas a los Gobiernos Regionales, a cargo del saneamiento legal de las
tierras agrícolas, para cumplir así el compromiso pendiente del Estado con las
comunidades. Títulos seguros brindan más seguridad para todos.
lunes, 29 de abril de 2013
AGUA: Organización y orden
Artículo escrito por Laureano del Castillo, director ejecutivo de CEPES y publicado en el diario La Primera. Un viaje reciente permitió conocer la
experiencia de Holanda en la gestión del agua. Los nativos de este país afirman
que Dios hizo al mundo y que los holandeses hicieron Holanda. Una muy larga
tradición de los también llamados Países Bajos buscando ganar terreno al mar y
evitar que este, al sobrepasar los diques, generara daños están a la base de ese
orgullo. Un país con tierras muy planas y con abundante agua ha permitido el
desarrollo de una excelente agricultura, basada en el manejo del agua. Pero,
además de su descollante ingeniería es
conocido también el desarrollo urbanístico, social y cultural de este pequeño
país europeo.
En materia de agua, ese portentoso avance
solo puede explicarse por la organización de agricultores y pobladores. Las
organizaciones allí manejan con mucho ingenio el agua de canales de drenaje
que, cuando las lluvias escasean sirven también para el riego. Esas
organizaciones se llaman Waterschap y en los últimos años su número se ha
reducido, buscando un manejo más amplio de las cuencas o subcuencas. En base a
ese enfoque, pero también aplicando la
Directiva Marco de la Unión Europea sobre el agua, ahora están tratando de
adaptarse al cambio climático y en vez de pelear con la crecida de los ríos,
reforzando sus diques, permiten que en épocas de abundancia los ríos inunden
las áreas contiguas son conscientes de que ese fenómeno mundial está elevando
el nivel de las aguas del mar.
La reflexión que podemos hacer de tales
experiencias puede resumirse en una palabra: organización. Solo la organización
ha permitido ese desarrollo de un pequeño gran país. La organización para el
uso y la gestión del agua permitió el desarrollo de su agricultura, sus
ciudades y su cultura. Ello los ha llevado a organizar y ordenar distintos
aspectos de la vida social.
En el Perú estamos intentando ordenar la
gestión del agua en base a las cuencas. Hasta el momento se han organizado 4
consejos de recursos hídricos de cuenca, pero se requieren más. Ellos deberían
ser los espacios en los cuales los distintos usuarios (que finalmente somos
todos) nos pongamos de acuerdo en cómo usamos el agua, pero también en cómo la
cuidamos, preservamos su cantidad y calidad para las futuras generaciones. Es
bueno que el Estado las impulse, pero sería mejor si también se alienta que se
organicen desde abajo, desde las subcuencas. Así serán más sostenibles, ojalá como
en Holanda.
viernes, 15 de marzo de 2013
Cultivando dividendos
Artículo escrito por Alejandra Alayza, coordinadora ejecutiva de la Red Peruana por una Globalización con Equidad (RedGE) y publicado en el diario La República. Las tierras fértiles del planeta constituyen un bien cada vez más preciado. El crecimiento de la demanda por agrocombustibles incentiva la inversión en plantaciones de soya, palma, entre otros. Bancos y fondos de inversión tienen hoy en la mira la compra de importantes áreas de tierra fértil para la promoción de rentables proyectos agroindustriales.
Pero estas nuevas tierras necesarias no se crean de la nada. Tienden a abrirse paso a través del proceso de acaparamiento de tierras, mediante el control de grandes territorios en pocas manos, así como del cambio de uso de tierras, donde la amenaza de la deforestación de bosques y selvas es hoy un riesgo planetario. Actualmente este modelo de producción es responsable del 70% de la deforestación del planeta.
Con el objetivo de cultivar dividendos, este modelo de agricultura no solo alienta gravemente el cambio climático, sino que no repara en desplazar a los productores nacionales de alimentos, poniendo también en riesgo la seguridad alimentaria.
martes, 5 de marzo de 2013
¿Habemus Ley de Seguridad alimentaria?
Artículo escrito por Laureano del Castillo del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES) y publicado en el diario La Primera. Ayer la Comisión Agraria del Congreso presentó el proyecto de Ley del Derecho a la Alimentación, la Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional. El proyecto reúne seis iniciativas y ha recibido las opiniones de diferentes ministerios y gobiernos regionales. El plan de la Comisión es aprobar el dictamen y enviarlo al Pleno del Congreso en el plazo más breve.
También ayer se publicó el pronunciamiento de diversos gremios agrarios y organizaciones de promoción del desarrollo, al que se sumó APEGA, para demandar a la Comisión Agraria un debate más amplio, de modo de posibilitar la participación de otras organizaciones e instituciones con experiencia y autoridad en estos temas.
No es la primera vez que frente a la inminente aprobación de una ley se escucha el pedido de contar con mayores plazos. En este caso, la demanda de quienes suscribieron el pronunciamiento merece ser atendida.
La seguridad alimentaria y nutricional del país es un tema muy serio y aunque, en efecto, es importante y necesario que el país cuente con una herramienta como esta (por lo que no puede postergarse indefinidamente su aprobación), sí se requiere que la norma sea trabajada con cuidado, de modo de atender la complejidad del tema.
La FAO, que durante varios años viene trabajando en torno a la seguridad alimentaria ha elaborado numerosos documentos, donde recomienda la aprobación de leyes marco sobre el derecho a la alimentación, en el entendido que se trata de un mecanismo usado generalmente para legislar en materias multisectoriales y que permite abordarlas de manera más consistente, coordinada e integral. ¿Hay algo más multisectorial que la seguridad alimentaria?
El proyecto presentado desarrolla en lo central la institucionalidad, solo una de las dimensiones de la seguridad alimentaria, pero leyes de este corte “solo establecen la arquitectura institucional necesaria para luchar contra el hambre a nivel nacional y local”, lo que es insuficiente. Se debe atender aspectos como el acceso a los recursos necesarios para producir los alimentos, entre otros más. Se requiere finalmente precisar los compromisos del Estado para que el derecho a la alimentación deje de ser una declaración de buena voluntad y sea expresión de una política pública integral.
viernes, 1 de marzo de 2013
La Revista Agraria N° 148
En esta edición de La Revista Agraria tenemos: Agrodata: Sumas y restas entre exportaciones e importaciones agropecuarias: ¿el balance es positivo?, Editorial:Quinua: oportunidad que debemos aprovechar, Semillas transgénicas ¿moratoria amenazada?, Los retos del Minag para titular la propiedad comunal, Andenes: cuando el pasado, el presente y el futuro se encuentran, Clima extremo: ¿estamos preparados?, El olvidado impuesto a los monopolios de tierras, En temas de desnutrición infantil y seguridad alimentaria: La necesidad de articular políticas, Alimentar al mundo con quinua, pero sin descuidar la alimentación local.
miércoles, 27 de febrero de 2013
Inversión con equidad
Artículo escrito Julio Gamero, experto en temas laborales y publicado en el diario La Primera. Las leyes de exportación no tradicional, de promoción agraria y de promoción y formalización de la MYPE si algo han tenido en común es la incorporación de un Régimen Laboral Especial (RLE) como uno de los “incentivos” para el fomento de las exportaciones, de la inversión agraria y la formalización de las MYPE, respectivamente. El RLE, significó en cada caso, reducción de derechos laborales respecto el régimen general.
El tema es que dichas medidas legislativas, otorgan una ventaja competitiva de corto plazo a las empresas del sector. Por una sola vez la ley les reduce sus costos pero, precisamente por ello, podría estar restándoles incentivos para mejorar su eficiencia en otras áreas. Los “incentivos” conseguidos a través de la ley pueden estar operando como una “renta” ya que el inversionista logra una mejora en su competitividad y rentabilidad no por efectos de una mayor eficiencia económica sino, eventualmente, por la acción de un lobbying.
Es sintomático que, por ejemplo, ad portas del vencimiento del plazo para la culminación del RLE en el caso de la micro y pequeña empresa, haya sectores que indican que ello supone “castigar” a las micro empresas que han tenido éxito en formalizarse y en estar exportando. ¿Por qué va a ser un “castigo”? Se responden diciendo que, al tener que pasar su planilla del RLE al régimen laboral general, acabarán pagando mayores costos laborales lo cual les reducirá sus márgenes y pondrá en riesgo la continuidad de la inversión.
Esa respuesta conlleva, sin duda, una lógica rentista ya que, primero, el término del RLE estaba pre anunciado en el origen de la norma. Es decir, cualquier plan de negocios tendría que haber incorporado que en julio del 2013, el costo de la contratación laboral se alinearía con el régimen general. Segundo, la obtención de mayor competitividad y de ganancias de productividad por acción de una mejor gestión empresarial, de innovación y de cambio tecnológico acaban siendo reemplazados por esfuerzos concentrados en la prórroga de una norma.
Más bien, la culminación de dicho “incentivo” debe ayudar a que la agenda de competitividad encare los temas de fondo, es decir de las políticas industriales, de generación de mayor valor agregado y de innovación empresarial.
Ver en: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas-y-colaboradores/inversion-con-equidad_132212.html
martes, 5 de febrero de 2013
La Revista Agraria N° 147
En esta edición novedades sobre el IV Censo Agropecuario y el aumento del minifundio, la promulgación del decreto para la titulación de las tierras, una interesante entrevista al ministro de Agricultura Milton Von Hesse, además de un informe sobre las cooperativas y la inclusión del productor agrario.
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Latifundios, pequeña propiedad y sentido común
Artículo escrito por Laureano del Castillo, director ejectivo de CEPES y publicado en el diario La Primera. Un editorial de El Comercio, la semana pasada, se refirió a las palabras del presidente Humala en apoyo a la pequeña propiedad. No sorprende la reacción de ese diario, históricamente reactivo a ideas que supongan afectar los intereses de los hacendados.
Lo que sí sorprende son los argumentos del editorial comentado, basándose en el sentido común y tratando de ocultar lo inocultable: hay un proceso de concentración de tierras, que ha llevado a que los antiguos hacendados hubieran palidecido de envidia, ante cantidad de tierras que controlan las nuevas empresas agrarias. En efecto, se nos señala que las nuevas grandes propiedades estas ocupan una porción insignificante de la superficie agropecuaria del país.
Nuestro país es bastante extenso, pero las 128.5 millones de hectáreas que componen nuestro territorio incluyen desiertos, bosques, lagos, punas y nevados. A falta de datos oficiales más actuales recordemos que la superficie agropecuaria que reportó el III Censo Nacional Agropecuario, en 1994, fue de 35 millones de hectáreas. Quien conozca el Perú sabrá que la mayor parte de la agricultura peruana es de secano, asentada en la sierra y la selva. En la costa se ubican las tierras bajo riego, las más productivas, en los valles y en las tierras ganadas al desierto, gracias a la inversión pública, en lo fundamental. Las tierras de la costa, alrededor de un millón de ha, son aquellas sobre las que se viene dando en lo central el proceso de concentración de tierras.
Lo otro que hace el editorial comentado es minimizar el peso de la pequeña agricultura en el país. Ya el Ministerio de Agricultura ha expresado preocupación por el incremento del minifundio. Pero eso es un aspecto precisamente de la enorme cantidad de medianos y pequeños agricultores y también minifundistas que componen alrededor del 97% del total de Unidades Agropecuarias (otra vez, usando datos del Censo de 1994).
Habría que exigir también coherencia, pues si bien debe destacarse el rol jugado por las grandes inversiones en el despunte de la agricultura de exportación, no puede olvidarse que desde la década de 1990 y hasta 2021 existe un marco tributario y laboral bastante favorable a esas inversiones. Lo que ahora correspondería, conforme planteaba el Presidente, es atender a los pequeños agricultores y brindar mecanismos para que ellos también puedan competir en igualdad de condiciones. La Ley que incentiva su inclusión a través de las cooperativas puede ser en ese sentido una buena herramienta, pero debe complementarse con otras medidas.
Ver en: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas-y-colaboradores/latifundios-pequena-propiedad-y-sentido-com-n_130557.html
martes, 8 de enero de 2013
Primicias del Censo Agropecuario
Artículo escrito por Laureano del Castillo de CEPES y publicado en el diario La Primera. En días recientes el ministro de Agricultura, Milton von Hesse, adelantó algunos resultados preliminares del Censo Nacional Agropecuario realizado hace unas semanas, destacando el crecimiento del minifundio, lo que reforzaría una tendencia observada en el Censo anterior.
En efecto, el III CENAGRO, realizado en 1994, mostraba un claro predominio de la pequeña agricultura en las cerca de 1’800.000 unidades agropecuarias (UA). Según el INEI, el 55,4% de las UA eran minifundios (menores de 1 ha hasta 2,99 ha), mientras que el 29% de las UA formaban parte de la pequeña agricultura (3 ha hasta menos de 9,9 ha). De esa forma el 84,4% de las UA censadas eran minifundios y pequeña agricultura, asentadas sobre todo en la sierra.
Los primeros avances del IV CENAGRO arrojarían un total de 2’500.000 UA y un aumento del minifundio. El ministro Von Hesse anticipaba así que el promedio de UA en el país pasaría de 3 ha, en 1994, a alrededor de 2 ha en 2012. Dada nuestra reducida dotación de tierras de cultivo esas tendencias preocupan. Las posibilidades de impulsar el desarrollo en esas condiciones se complican mucho.
Llama la atención que en los adelantos de los resultados del Censo no se mencione otra tendencia, de la que venimos advirtiendo hace un tiempo: la concentración de tierras. El fenómeno no es exclusivo del Perú sino una tendencia internacional, solo que sus manifestaciones aquí se conocen muy poco. Fruto sobre todo de las grandes obras de irrigación financiadas por el estado peruano el 24,4% de las tierras de la costa se encontrarían bajo control de 16 grupos empresariales, según estimaciones de CEPES.
Impulsar el desarrollo de la pequeña agricultura (mayoritaria en el país según lo ratificaría próximamente el Censo) plantea un gran desafío para el Estado y la sociedad. El crecimiento de las exportaciones de las grandes empresas no parece necesitar de mayores estímulos del Estado. Recogiendo la preocupación por atender a la inclusión social, se trataría de que el Estado ponga ahora atención a las necesidades y posibilidades de la pequeña agricultura, sobre todo en la sierra. Las nuevas orientaciones en Sierra Productiva, el aumento del presupuesto de 2013 para el sector agrario y el fondo de mil millones de nuevos soles para pequeños reservorios e irrigaciones en la sierra son señales positivas. Pero lograr el desarrollo rural supone esfuerzos complementarios, donde la coordinación intersectorial es indispensable. Que esto sea el inicio del giro en la política agraria de las últimas dos décadas.
Ver en: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas-y-colaboradores/primicias-del-censo-agropecuario_128363.html
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